Lechuza campestre en La Janda (Cádiz)

18 de Diciembre, 2012


Queridos lectores!

Habían anunciado muy buen tiempo ayer para La Janda, pero lo que nos esperó fue una densa niebla. La pequeña decepción se tornó muy rápidamente en gran alegría, porque descubrimos a esta lechuza campestre. Quién sabe ...

... sí ella se hubiera mostrado tan activa en un día soleado como lo hizo en esta semioscuridad. Y por colmo de la felicidad: nos ignoró totalmente en nuestro coche y se dedicó a sus quehaceres:

Una y otra vez salía a cazar y la pudimos observar y admirar solamente de lejos con nuestros prismáticos. Pero ...

... para nuestra gran sorpresa la mayoría de las veces volvía cerca de nuestro coche, sacudía su bellísima plumaje para quitarse la humedad y ...

... posó a gusto en los primeros rayos de sol que intentaron abrirse brecha en la niebla:

Algo cansado o tal vez porque sus bellos ojos de un amarillo tan intenso son muy sensibles a la luz ...

... las cerraba, pero ...

... en ningún momento descuidó la atención a todo lo que pasaba en la tierra y en el cielo:

De repente notamos que la bella ave estaba muy intranquila. Creíamos que iba a salir ...

... a uno de sus espectaculares vuelos de caza, pero no ...

...se nos acercó aún más. Notaba un ratoncito en el suelo?

"Falsa alarma!"

Como nos miraba con sus hermosos ojos y con esta belleza de cara! Nuestros corazones latían a mil de la felicidad.

Nuestro amigo decidió hacer un pequeña siesta:

Poco duró porque era tiempo de hacer la digestión. Al principio nos inquietamos ver como se movía casi con convulsiones, pero ...

... allí mismo caímos en cuenta que la lechuza campestre estaba intentando con mucho esfuerzo de sacar una egagrópila ...

... que efectivamente poco después cayó al suelo:

Había sido un esfuerzo muy grande y nuestro amigo se quedó algo agotado. No mucho tiempo ...

... puso cara de aliviada y seguramente el hambre apretaba de nuevo así que ... ...

... despegó para empezar uno de sus bellos vuelos de caza:

La vimos desde lejos como una y otra vez intentaba hacer presa. Algunas veces permanecía más tiempo en el suelo, seguramente para tragarse su comida allí mismo:

Su territorio era grande y había postes muy lejanos por todas partes, pero increíblemente casi después de todos sus vuelos volvía hacía donde estábamos en el coche para posarse a cinco metros nuestros!

Estos bellos ojos, esta carita tan hermosa ... nunca olvidaremos las horas que esta ave tuvo por bien de regalarnos! No me lo hubiera podido imaginar nunca poder observar tan cerca y durante horas la vida de una lechuza campestre!

Llegó el tiempo de despedirnos, porque con el sol ya casi ocultándose, aumentaban los vuelos de caza de nuestra amiga. - Durante todo el regreso a casa solamente nos maravillamos con el inolvidable recuerdo de las horas vividas! Ojalá, que esta preciosa lechuza campestre siga con su tranquila vida y abundante comida los meses de invierno en La Janda!

Saludos cordiales

Birgit Kremer

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